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El partido navideño por antonomasia: ¿una pachanga en la Primera Guerra Mundial?

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No, no es una foto del evento, y son soldados de otros ejércitos, pero es para hacerse una idea.

Elecciones en Cataluña, el Gordo de Navidad y un Real Madrid – Barcelona… Y todo eso previo a Nochebuena y Navidad. Todo un cóctel de material retórico cuñadesco para amenizar o más bien satanizar estas fiestas con el Clásico como guinda. Desde luego el duelo castellano-catalán es un firme candidato a monopolizar las conversaciones de los días posteriores, pero si hay un partido que sin duda fue protagonista de la Navidad, ese fue uno mucho más amateur y que tuvo lugar en un contexto incluso más bélico que el de la actualidad.

En la Nochebuena de 1914, en plena Primera Guerra Mundial, las tropas británicas y alemanas se encontraban como Puigdemont, atrapadas en Bélgica. El frente belga se había recrudecido muchísimo con la llegada del invierno y se luchaba hasta el último aliento por mantener la posición.

A relaxing cup of café au lait in la Grande-Place”.

Visualicémoslo. Jóvenes soldados luchando lejos de casa en unas fechas tan señaladas en una guerra horrible como no había habido hasta la fecha. Normal que ante una perspectiva tan deprimente aflorase la nostalgia y el espíritu navideño en las filas de ambos bandos. Tanto británicos como alemanes comenzaron a cantar villancicos.

El ambiente se fue relajando y empezaron las negociaciones para llegar a una tregua navideña. Ese mismo día de Nochebuena, un soldado británico entabló comunicación con los alemanes y decidió jugarse el pellejo cruzando desarmado la línea de fuego, avanzando hacia las posiciones teutonas (los alemanes serán fiables en muchos sentidos, pero en ese…).

Pues to esto antes era Ypres”.

Lo curioso es que pudo llegar sin mayores problemas a la trinchera alemana y acordar una confraternización navideña sin demasiados problemas más allá de la principal inquietud alemana: saber si había franceses entre ellos. Los alemanes preguntaron explícitamente si había soldados galos entre los ingleses para saber a qué se atenían.

Una vez recibieron la respuesta negativa, todos quedaron más tranquilos (ay los franceses… siempre ignorados y repudiados hasta por sus propios aliados) y procedieron a juntarse en paz y armonía, compartiendo cigarrillos, chocolate, alcohol e hipotecas de tipo fijo.

Pues nada, aquí, de colegueo”.

El ambiente poco a poco se fue calentando, en el buen sentido, y surgió la propuesta de echar un partidillo. Según una carta de la época sacada a la luz no hace mucho, se dice que el resultado de la contienda balompédica fue de 3-2 para los alemanes (sería lo único que ganarían en esa guerra), aunque otros defienden que esa referencia está sacada de una historia ficticia publicada en 1962 por Robert Graves.

De hecho, el acontecimiento es algo controvertido aún hoy en día, habiendo opiniones e investigaciones de todo tipo que defienden por un lado la veracidad de la tregua y del partido y por otro lado que es una gran trola o al menos una exageración colmada de emotividad literaria.

Una carta escrita por un doctor de la brigada de tiradores británicos publicada en The Times dice que de partido nada de nada, que eso hubiera supuesto mostrar a los enemigos alemanes sus puntos débiles, aunque no podemos descartar que este doctor simplemente se negase a admitir que tal partido tuvo lugar por miedo a represalias por codearse con el enemigo.

Fotografía de soldados durante la Primera Guerra Mundial (National Geographic).

Como punto importante a favor de la veracidad del asunto, ha llegado a nuestros día el testimonio de un lugarteniente alemán que decía que “los ingleses trajeron una pelota de fútbol de las trincheras y pronto comenzó un partido muy animado. Era maravilloso y a la vez extraño”.

No participaron en este partido, pues este batallón se organizó en enero de 1915, pero cabe destacar que en la Primera Guerra Mundial luchó un batallón compuesto casi en exclusiva por futbolistas profesionales británicos alistados como voluntarios, el conocido como Football Battalion.

Juega tu mayor partido en un campo de honor”.

En 2011 el historiador Mike Dash llego a la conclusión de que hay pruebas suficientes para afirmar que se jugó al fútbol no solo en el caso relatado, sino en distintos puntos del frente occidental, e incluso más adelante, en el frente oriental.

El detalle que aporta es que la mayoría de esos partidos habrían sido entre compañeros de la misma nacionalidad, pero aún así 3 o 4 partidos sí que tuvieron lugar entre rivales de distintos países, jugándose de hecho uno de ellos con una lata de carne en conserva como improvisado balón.

El balón estrella de la Primera Guerra Mundial (Fuente).

La tregua de Navidad ha tenido varias referencias en la cultura popular. En 1990, el grupo británico The Farm grabó la conocida y futbolera  All Together Now y en 2005 se produjo un lacrimógeno largometraje francés titulado Joyeux Noël (Feliz Navidad) sobre el acontecimiento. El 17 de diciembre de 2014 en Ypres, Bélgica, la UEFA conmemoró el centenario de la tregua de Navidad de 1914 en las trincheras de Flandes.

Michel Platini con gente con ropa muy rara inaugurando un bolardo gigante.

 

Sin olvidar este vídeo de Paul McCartney: ‘Pipes of peace’:

Bibliografía:

BROWN, M. (2007): Meeting in No Man’s Land: Christmas 1914 and Fraternization in the Great War. Constable.
CAZALS, R. (2005): Frères de tranchées. Perrin.
DASH, M. (2011): «The Story of the WWI Christmas Truce». Smithsonian Institution.

Ad Absurdum suele escribir sobre historia, a veces en libros como Historia absurda de España.

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